sábado, 26 de noviembre de 2016

La secuencia de la mortalidad

La secuencia de la mortalidad

"Y no tengo miedo de morir, cualquier momento esta bien, no me importa.
¿Por qué debería tener miedo de morir?, no hay razón para ello, tienes que irte en algún momento."

 Letra de «The Great Gig in the Sky» de Pink Floyd, canción orginalmente llamada «The Mortality Sequence»


Todos los derechos reservados foto copyright© Fernando Sturzenegger

martes, 8 de noviembre de 2016

2º Safari Fotográfico en el Río Gualeguay



Linda Experiencia del 2º SAFARI FOTOGRAFICO EN EL RIO GUALEGUAY. En Rosario del Tala, Entre Ríos, Argentina.

lunes, 19 de septiembre de 2016

domingo, 21 de agosto de 2016

El parque

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A las 6:30 horas, Rafa, se disponía a atravesar, una vez más, el enorme parque de pinos plantados, fresnos añejos y senderos cruzados, surcados por ligustros desprolijos, que unía su barrio con aquel temporal lugar de trabajo, el predio vip llamado “los prodigios”.
El hombre, de mediana edad y estatura, un tanto callado, de perfil bajo, hincha de Racing y mágico ambidiestro de potrero, avanzaba en la vida en búsqueda de sus grandes objetivos:
Encontrar lo positivo en cada uno de sus actos, disfrutar de sus momentos libres y enfrentar un ejército de miedos heredados.
Desde el umbral en la puerta de su hogar pintado de color celeste y opacado por las condiciones climáticas de ese día, ubicado en el barrio “los descalzos”, lindante al parque y última zona urbana antes del río, su esposa Marta lo despide con un mate amargo, un beso con esa mirada que él amaba sin querer descifrar y rápidamente lo pierde de vista al otro lado de la calle Independencia.
Y fue en el medio del parque, donde el recorrido hacia la obra de aquél albañil se hacía más corto cuando ocurrió el desafortunado encuentro.
Las fantasías disparadas de Rafa aumentaban siempre en el modo que se adentraba en el lugar, como algo constante e inevitable.
Esa batalla contra la imaginación y el miedo que libramos permanentemente y que en el caso de este hombre se disipaba al llegar a su trabajo.
¡Pero Jamás imaginó que ese día iba a sentir tanto miedo!
Un miedo que lo paralizó casi por completo, erizándole el cuerpo a tal extremo que se sintió solo piel y huesos.
Un miedo que se multiplicó al ver que sus morenas manos habían cambiado hacia un color pálido, grisáceo, mortecino y que le hizo dudar hasta de su rostro.
Ni el frío de ese invierno, ni de otros, llegó a ser tan helado como en ese minuto de su vida.
Se le secó la lengua y su boca se puso amarga, los ojos se llenaron de gélidas lagrimas que le nublaron aún más la visión ya que la espesa niebla de esa madrugada solo le dejaba ver siluetas espectrales que parecían avanzar hacia él.
En ese soplo desesperado se encontró, sin desearlo jamás, con aquella enorme figura entre humana y lobuna que, inevitablemente, lo atraparía y con solo un movimiento le arrancaría un brazo, imaginando un dolor tan grande e intenso, solo semejante al miedo fatal que estaba sintiendo.
El ser con más de dos metros de altura poseía una mirada fría y penetrante, con ojos negros, muertos y vacíos, de cabeza cubierta como una parca sin guadaña. Un destello rojizo espeluznante proveniente de sus ojos, tan fugaz como un pestañeo, le daba el único toque de saturación a aquella gris y espesa madrugada.
El silencio se comparaba a las noches de la vez que vivió en un obrador en el campo, lejos de la ciudad, obligado por cuestiones laborales. Aunque aquella vez no estaba solo…
Fue en ese desconocido momento de sus funciones fisiológicas que recordó, al igual que otras veces, como su imaginación le mostraba árboles fantasmagóricos y figuras de espanto en el viejo parque, que se cerraban a lo alto como una mano capturando un insecto.
Miró abajo, hacia sus pies de botines pesados, viejos, secos y gastados, mientras sus manos se apoyaban sobre una pala de punta fina que portaba para cumplir con su función de ayudante.
Y pensó:
-(¡Calma! El miedo está dentro de mí, no tiene por qué ser visible a los demás).
Reflexiones simples de diálogo interno que lo ayudaban a concluir, cada vez, el recorrido transversal de aquél solitario lugar.
Respiró profundo y exhaló fuerte hacia abajo, desde sus tripas, desde su último contenido de calor humano. Una gran bocanada de vapor más denso que la misma niebla salió extensa y con potencia, sonando con una tos larga y ronca.
Aquel cambio de sentido en su imaginación produjo el esperado milagro.
Al levantar la vista, la terrible figura pareció reducirse en tamaño y no solo eso sino que dio media vuelta y se perdió en la niebla en sentido contrario, agitando aquella larga y oscura capa en su andar.
Eso fue todo para él, no hubo victima ni victimario, solo un encuentro de dudosa realidad.
En un cálido bar, que recién abría, frente al otro extremo del parque, el mozo de turno prepara un café grande con tostadas, manteca y mermelada de naranjas por pedido del señor que acababa de ingresar sentándose en una mesita al centro de local, dando espalda a la calle y vidriera.
La soledad a esa hora de la mañana solo era interrumpida por los alternados destellos rojos, amarillos y verdes de un semáforo, que iluminaba de fondo con degrado opacos las iniciales “JP” pintadas en la esquina en diagonal al local.
El recién ingresado, de aspecto robusto, cuidador nocturno en una fábrica, con ojos cansados y vidriosos propios de haber pasado una larga noche, habló solo y dijo:
-¡Es increíble lo que doce horas de desvelo y soledad pueden provocar en la imaginación!
El mozo detrás del fuerte ruido a vapor de la cafetera y medio distraído por el noticiero de turno mezclado con una vieja balada metalera proveniente de un móvil detrás del mostrador finge escucharlo, como a tantos otros, dirigiéndole su mirada por un instante.
-¡Creí encontrarme en el parque con un fantasma, un zombi, un sepulturero, no sé! ¡Estaba ahí parado tan terrible, gris y harapiento que sentí un terror de muerte!
El mozo, poniendo los sobres de azúcar, el café y demás sobre la mesa circular responde:
-Suele pasar los días de niebla, la imaginación nos juega malos ratos señor y los muchachones que dejan el parque sin luz.
-Es posible, sí, es posible...pero… ¡Fue tan real!... ¡Ahí parado como anunciándome algo inevitable!... ¡Y ese humo saliendo de su boca con un sonido asqueroso!... ¡Y esa pala!...
-¿Necesita algo más señor? (el cliente suspira prolongado)
- Sí, gracias, ¿Tiene un lugar donde colgar mi capa de lluvia?
-Sí señor, deme, la cuelgo por aquí, junto a la puerta.

Todos los derechos reservados copyright© Fernando Sturzenegger

sábado, 18 de junio de 2016

domingo, 22 de mayo de 2016

El agua manda...



Inundación

Ante el vano esfuerzo de enfrentar la vida,
 ante la desazón que produce el triste padecer de todo,
 ante el ingrato sabor de la mentira,
ante la fría sensación del lodo.

 Ante el hambre, flagelo de todo.
Ante la rudeza del agua del río,
 la esperanza impone el último esfuerzo
aguantando el sueño con el pecho erguido.

 Me mueve tu llanto, un llanto divino,
la verguenza enorme de ser impotente
 porque aún con pan, con techo y abrigo
me siento inseguro y menos valiente.

Me enseña tu esfuerzo, titánico esfuerzo,
que el hombre muy pobre por pobre que sea
conserva su tierra y el destino adverso,
no mella su espíritu por grande que fuera.
 
 Lee todo en: Poema AL INUNDADO, de IVAN SEMILLA, en Poemas del Alma

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sábado, 7 de mayo de 2016

Bendición


Bendición


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viernes, 25 de marzo de 2016

Técnica de la caza y de la pesca.

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                      Todos los derechos reservados copyright© Fernando Sturzenegger

En lo hondo de la selva amazónica, un pescador de la tribu de los desana se sienta sobre una roca alta y contempla el río. Las aguas se deslizan, llevan peces,pulen piedras, aguas doradas por las primeras luces del día. El pescador mira y mira y siente que el viejo río se hace flujo de su sangre por las venas. No pescará el pescador hasta que haya enamorado a las mujeres de los peces.
Cerquita, en la aldea, se prepara el cazador. Ya vomitó, ya se bañó en el río, ya está limpio por dentro y por fuera. Bebe ahora infusiones de plantas que tienen el color del venado, para que sus aromas le impregnen el cuerpo, y se pinta la cara con la máscara que el venado prefiere. Después de soplar humo de tabaco sobre sus armas, camina suavemente hacia el manantial donde el venado bebe. Allí arroja jugo de piña, que es leche de la hija del sol.
El cazador ha dormido solo estas últimas noches. No ha estado con mujeres ni ha soñado con ellas, para no dar celos al animal que perseguirá y penetrará con la lanza o las flechas.


Reichel-Dolmatoff, Gerardo y Alicia, Estudios antropológicos, Bogotá,
Inst. Colombiano de Cultura, 1977.


Extraído de "Memoria del Fuego" "Los Nacimientos" de Eduardo Galeano.



martes, 16 de febrero de 2016

El viento

Viento

El viento
Cuando Dios hizo al primero de los indios wawenock, quedaron algunos restos de barro sobre el suelo del mundo. Con esas sobras, Gluskabe se hizo a sí mismo.
—Y tú, ¿de dónde has salido? —preguntó Dios, atónito, desde las alturas.
—Yo soy maravilloso —dijo Gluskabe—. Nadie me hizo.
Dios se paró a su lado y tendió su mano hacia el universo.
—Mira mi obra —desafió—. Ya que eres maravilloso, muéstrame qué cosas has inventado.
—Puedo hacer el viento, si quiero.
Y Gluskabe sopló a todo pulmón.
El viento nació y murió en seguida.
—Yo puedo hacer el viento —reconoció Gluskabe, avergonzado—, pero no puedo hacer que el viento dure.

Y entonces sopló Dios, tan poderosamente que Gluskabe se cayó y perdió todos los cabellos.


Extraído de "Memoria del Fuego, Los nacimientos" de Eduardo Galeano
Fuente del autor: Péret, Benjamin, Anthologie des mythes, légendes et contes populaires d'Amérique, París, Albin Michel, 1960.

Todos los derechos reservados copyright© Fernando Sturzenegger

domingo, 3 de enero de 2016

Recuerdo del paso del Dakar por Gualeguay año 2011



Fué el primero de Enero de 2011 junto a Patricia Picco que salimos a buscar algunas imagenes de los pilotos del Dakar en sudamerica con una temperatura similar a la que tenemos hoy día. Temprano por la mañana comenzamos a fotografiar los equipos y teams, para luego visualizar a los pilotos de cuatriciclos, motos, autos y camiones. La gente de Gualeguay mostro gran entuasiamo y presencia a lo largo del paso de las máquinas por nuestra ciudad. En este video tratamos de resumir aquel fervor de pasión y temperatura, que hoy ya es un recuerdo.

 Todos los derechos reservados copyright© Fernando Sturzenegger

Premios, menciones y muestras

2014
-Finalista concurso "Entre Ríos en una mirada 2014" "Un rincón de película"
-Muestra colectiva "Expo Juntada" 2.014 en Gualeguay, Argentina, declarada de interés Municipal.
-Muestra colectiva "Expo Juntada", junto a 10 fotógrafos de Gualeguay, reinaugurada en Casa de la Cultura de Entre Ríos, Paraná, Argentina.

-Muestra permanente en Sede central de IOSPER, Paraná, Entre Ríos
-Muestra permanente en Casa de la Cultura de Entre Ríos, Paraná, en foto-mural con "Expo Juntada"
2013
-Ganador Concurso "Entre Ríos en una mirada""Brazos de Agua" 2013
-Finalista concurso fotográfico “Sören Kierkegaard en imágenes” (Escuela de Fotografía Motivarte junto a la Real Embajada de Dinamarca en Argentina) con muestra en las sedes de Motivarte en B.A, Uruguay y Dinamarca.
-Mención Especial concurso "El río y sus historias" de la escuela Nacional Fluvial III edición.
-Mencíon de Honor concurso Salón "La ciudad y los niños"(Córdoba)
-Muestra "40 Aniversario de Radio Gualeguay", Junto a Patricia Picco.
-Mención especial Concurso "Expresiones del bios" (Mar del Plata)
2012
-Mención especial concurso "Entre Rios una mirada, Puentes"
2011
-Muestra fotografica en el Club Social Gualeguay
2010
-Ganador del concurso –“El Fotón” de España
-Ganador del concurso "LEER" (Eterna Cadencia) Argentina
2009
-segundo puesto concurso “El Fotón” de España
-Finalista “Sony World Photography Awards 2009”
-Finalista “Photographer of the year 2009” –United kindom
2008
-Foto del año en “Dzoom” España.
-Cuarto en foto del año Fotorevista Argentina
-Ganador de la convocatoria “Escaleras” de Fotorevista Arg.
-Finalista concurso “Ecoloquia” Argentina
- Finalista concurso “Vagumundos” España